En estos últimos años parece que la investigación en literatura haya empezado a darse cuenta de la necesidad de estudiar los resultados de la unión entre tecnologías digitales y la creación literaria. Son muchos los autores que se han referido con anterioridad a los nuevos escenarios que, con la llegada de Internet y las tecnologías informáticas, se han abierto para lo literario, tanto desde el punto de vista de la difusión de la literatura en soporte tradicional, que tiene como formato básico de difusión el libro impreso en papel, como para las nuevas obras creadas exclusivamente desde un medio digital y que deben ser leídas obligatoriamente desde un soporte informático.
No obstante, también es bien conocido el rechazo ancestral que lo nuevo produce a muchos de los estudiosos de la literatura. Parece como si únicamente el profesor de literatura pudiese ostentar con orgullo una especie de 'desvalorización del presente', transformando un síntoma psicológico de miedo a la contemporaneidad en un aparente valor positivo de autoridad y saber. No me imagino a los profesores y críticos de otros ámbitos de la ciencia jactándose de desconocer todo lo que está ocurriendo a su alrededor.
¿Cómo no podía la literatura participar de la ampliación de nuestros sentidos para dinamitar sus límites tradicionales? El impacto de las tecnologías digitales, de la informática, ha convertido también el campo de la literatura en un espacio de tanteo constante donde las posibilidades de creación de nuevos lenguajes y nuevas concepciones de lo poético ofrece un territorio fértil y expectante, para su estudio. Como es bien sabido, la tecnología digital ofrece oportunidades insospechadas para la producción, el almacenaje, la difusión y la docencia de textos literarios escritos inicialmente para ser difundidos en un soporte impreso, pero si queremos ser serios y rigurosos con nuestro presente, también deberemos enfrentarnos a todo el potencial que estos textos electrónicos nos ofrecen, analizar el cambio que supone para la literatura la aparición del espacio electrónico que, gracias a la informática, internet y el ciberespacio, se ha convertido en un lugar de 'poesis', como lo llama Loss Pequeño Glazier en su libro Digital Poetics: The Making of E-Poetries, esto es, un no-lugar con unas condiciones específicas de textualidad.
Esta nueva condición específica de la textualidad electrónica hace que nos preguntemos si son necesarias nuevas herramientas teóricas, otros conceptos que nos sean útiles para leer críticamente este tipo de literatura, para saberla explorar desde el punto de vista del análisis, para tratar de averiguar y conocer en qué medida estas nuevas prácticas literarias nos formulan preguntas antes impensables sobre nuestra propia tradición y sobre nuestra conceptualización de lo literario. Si tenemos en cuenta las propiedades específicas de la escritura electrónica incluyen el hecho de que el texto es no es únicamente físico, tocable, sino que es mostrado, expuesto, exhibido, nos daremos cuenta que introduce elementos de reflexión que hace que la práctica literaria digital se acerque en algún punto a algunas de las características propias del discurso cinematográfico: donde el movimiento, el sonido y el montaje son determinantes. Con todo, hay quien piensa, por ejemplo Espen Aarseth que no es nada obvio que conceptos tales como 'literatura informática' o 'textualidad electrónica' merezcan ser defendidos teóricamente, que haya que concederles un estatuto axiomático, de la misma manera que piensa que la idea que el ordenador "sea capaz de producir un cambio histórico y social por sí mismo es una idea errónea que resulta extrañamente ahistórica y antropomórfica."
(Aarseth 135)
Nuestra opinión, como docentes de una universidad virtual, es del todo diferente. Se nos hace urgente y necesaria la investigación sobre estas prácticas literarias emergentes, más allá de su interés por estudiar las posibilidades de la tecnología como herramienta para la enseñanza de la literatura, ya que nos sitúan ante un primer reto que es de tener que ofrecer un primer diagnóstico, necesariamente apresurado y con poca perspectiva histórica, sobre muchas de las nuevas creaciones que se vienen produciendo en el entorno electrónico.
Desde la Universidad Oberta de Catalunya, por ello, hemos asumido el reto no sólo de reflexionar histórica y teóricamente sobre estas nuevas maneras de ser de la literatura, sino también plantearnos las dificultades que supone su análisis y su enseñanza. Con esta comunicación, pues, querría explicar el proceso y diseño de una asignatura, abierta y dinámica, 'Estudios literarios y tecnologías digitales', pensada para enriquecer la oferta de literatura más estrictamente contemporánea, una especie de 'trabajo de campo' sobre el estado actual de la literatura digital. La dificultad, como hemos explicado, radica en que el objeto de análisis del curso es tan cercano y en parte aún in progress, que exige una dinámica de funcionamiento con los alumnos que debe tener un aire general de reader, de investigación colectiva en marcha, abierta y dialógica. Los objetivos de este curso son los siguientes:
- Vencer la reticencia habitual de los estudios de literatura a los fenómenos más estrictamente contemporáneos, tratando de que los alumnos se aproximen sin prejuicios al estudio de la literatura digital.
- Conseguir que el estudiante sistematice una serie de conocimientos teóricos y un utillaje crítico suficiente para poder empezar a hablar significativamente sobre los textos estudiados, al tiempo que puedan adquirir un conociendo básico sobre estas nuevas formas de ser de la literatura, y los cambios epistemológicos que ello comporta.
- Aprender a aprovechar los recursos de la red para explorar y adentrarse en el estudio y la lectura de este tipo de obras.
El objetivo final de esta experiencia, pues, podría resumirse en un intento de creación colectiva de un aparato crítico capaz de orientarnos en la lectura de las obras literarias digitales emergentes, de intentar llegar a un consenso a través de la discusión constante y productiva entre profesores y alumnos, sobre cuales deben ser los aspectos más remarcables que han de ser valorados y subrayados en la creación digital. Se trata, en definitiva, de poder debatir y reflexionar sobre una literatura que aún no ha sido jerarquizada y que su valoración crítica todavía no ha cristalizado, que aún se encuentra en un estado virgen de atribución canónica. Como profesores de teoría de la literatura hemos intentado asumir, con el diseño y la puesta en marcha de esta asignatura, el riesgo de reflexionar junto con nuestros alumnos sobre las 'condiciones de legibilidad' de la literatura digital, de la literatura del presente.